Viaje cultural a Bilbao
VIAJE CULTURAL A BILBAO.
Opción A.
BILBAO LA CIUDAD QUE RESURGIO TRAS EL
GUGGENHEIM
Fecha 11 de Diciembre – Salida 7.30
Entrada al museo 11.00 am
Visitaremos dos exposiciones :
–Francis Bacon Pinturas influenciadas por Picasso MONET DagesGauguin ,Velazquez junto a unas 30 obras de distintos maestros clásicos que influyen en su obra
–Suspiro instalación audovisual de 8 proyecciones donde el sonido es claramente audible a pesar de que los intérpretes no tocan instrumentos dando énfasis a las acciones corporales
Visitaremos el museo tanto por dentro como por fuera
2.00 am
Comida :tapas por las siete calles o menú restaurante
RESTAURANTES
-BAR GROSLY :Menú aproximado 22 € (no incluye bebida)
-CAFÉ IRUÑA :Menú fin de semana 19 €
-RESTAURANTES BERTON PINTXOS
-RESTAURANTE CASILDA :Menú 12 € (no incluye bebda)
-RESTAURANTE LA NICOLETTA
5.00 pm
Paseo por las orillas del Nervión cruzando los puentes de La Salva ,Euskalduna o el polémico puente de Santiago Calatrava llamado Zubizurri .Conociendo también una de las universidades más antiguas de España :La universidad de Deusto
7.30pm Regreso
Coste aproximado Entrada museo 13 euros (habitantes de Quintanadueñas).
Opción B.
BILBAO EN NAVIDAD
SENDERISMO BURGOS
DOMINGO 11 DICIEMBRE 2016
SALIDA 7:30 HORAS
1.- Glorieta Bilbao
2.- EL Cafetal
QUÉ HACER |
- Bilbao en un día
- Rutas a pie
(Detalles mas abajo)
1.- Primer Ensanche
2.- Casco Viejo
- Visitas guiadas
1.-Casco Viejo a las 10 horas.
2.-Ensanche Abandolbarra a las 12 horas.
Duración en ambos casos 90 minutos, y 4, 5 € cada una.
Posibilidad de concertar por grupos de 15 personas, en cuyo caso el precio se reduciría a 4. €.
Tlf contacto 944795760
- BARCO TURísICO POR LA RÍA DE BILBAO
Visita los 8 lugares imprescindibles del recorrido. Utiliza El Bote por 5 € todo el día y sube y baja del barco las veces que quieras.
(www.elbotebilbao.com) (www.bilboats.com)
DÓNDE COMER |
Además de las múltiplescervecerías y sidrerías que se pueden encontrar por toda la zona del casco viejo donde tapear, o comer de menú o a la carta, algunas recomendaciones:
Bar Grosly (“Taska” típica bilbaína)
C/ Autonomía 23-25; telf. 651640890
Café Iruña (Referente obligado)
Menú Fin de Semana 19 €
C/ Colón de Larreategui 13; telf.944237021
Restaurante BertonPintxos
Excelentes pinchos, por 18 ó 20 €
C/ Jardines 11; tlf 944167035
Restaurante Casilda
Menú 12 €, bodega aparte . Reserva previa
C/ Máximo Aguirre 1; tlf 944237099
Restaurante La Nicoletta
Comida Italiana.
C/ Colón de Larreategui, Jardines de Albia; tlf 944238770
REGRESO19:30 HORAS
PRECIO ACTIVIDAD |
Socios 5 €
Simpatizantes 12 €
Más información cultural en leer más
os esperamos
Cultural S BU
BILBAO EN UN DÍA
Parada de metro: Casco Viejo
El Casco Viejo, el Ensanche y el Guggenheim son tres de los grandes hitos que hay que visitar en esta ciudad. Bilbao guarda incontables tesoros entre sus calles, y vamos a intentar conocer algunos de ellos caminando por su centro histórico, degustando algún pintxo, entrando en sus innumerables negocios o reposando una buena comida en un café. En Bilbao el turista es uno más, y la ciudad lo recibe con los brazos abiertos.
Por la mañana: Casco Viejo y Bilbao la Vieja
Comenzamos nuestro día en el Teatro Arriaga, cuya fachada nos habla de una época de riqueza sin par en Bizkaia. Una fachada que recuerda a la Ópera de París y un interior que deslumbra por su belleza son el inicio de este día en “el botxo”.
Por la calle Bidebarrieta entramos en el centro histórico, en el Casco Viejo. Desde su fundación Bilbao es el gran centro comercial de Bizkaia, su referente, y estas estrechas calles nunca dejaron de ser el buque insignia de la vida comercial. Bilbao es una ciudad para disfrutar de las grandes y de las pequeñas cosas. De los grandes museos y de los pequeños bares. En cualquier calle o plaza nos envolverá el olor de su comida y las risas de su gente, el ambiente de Bilbao.
La Biblioteca Municipal, antiguo Palacio de las Libertades, nos muestra el camino hacia la Catedral y la Plaza de Santiago, hacia el centro del Casco Viejo. Entrar en la catedral es entrar en otro tiempo, cuando los barcos partían hacia el norte de Europa cargados de la lana de Castilla y del hierro vizcaíno, para volver con tejidos y nuevas modas. Allí hunden sus cimientos estas tres naves y su girola. Sus tres puertas nos hablan de distintas épocas: la principal del Bilbao del siglo XIX, neogótica, que supuso el remate definitivo del templo; la del Ángel, al otro lado de la catedral, que bien merece una visita, camino de peregrinos hacia Santiago de Compostela, y la del pórtico, del medioevo, gótica en su pureza, por la que saldremos.
Tras la visita a la catedral salimos por la puerta del pórtico y nos internamos por las conocidas como “Siete Calles”: Somera, Artecalle, Tendería, Belosticalle, Carnicería Vieja, Barrenkale y Barrenkale Barrena. Aquí nace Bilbao. Paseamos, nos dejamos perder entre esquinas y fachadas, entre sus cantones, entre tiendas y bares, entre sus gentes.
Las Siete Calles nos llevan a la Ribera que nos asoma a la Ría. Sobre el río Ibaizabal una pasarela peatonal, el Puente de la Ribera, que cruzamos para entrar en otro Bilbao, Bilbao la Vieja, tan viejo como el Casco Viejo, pero con otra historia y otras gentes.
Sin dejar la Ría, por el Muelle de Marzana, admiramos el Mercado de la Ribera, un barco que nunca deja de irse y nunca se va, y la iglesia de San Antón, que guarda la villa y el puente. Atravesamos la Ría para volver al Casco Viejo. A un lado la proa de Bilbao, la iglesia de San Antón, hecha piedra y al otro lado el barrio de Atxuri.
Por la calle Ronda aún podemos apreciar tramos de la muralla; el resto nos acompaña sin ser vista, pues ya no existe, hasta el Portal de Zamudio. La iglesia de los Santos Juanes, la Plaza Miguel de Unamuno, con sus Calzadas de Mallona que parecen subir al cielo, y por último la calle Sombrerería que nos introduce en la Plaza Nueva.
A mediodía: Plaza Nueva, Ayuntamiento y Jardines Albia
La Plaza Nueva es un buen lugar para descansar y ver pasar la vida, ver pasar Bilbao. Bajo sus arcos tiendas y bares se mezclan ante la mirada de Euskaltzaindia, Real Academia de la Lengua Vasca, para dar carácter a esta plaza. Un reloj y el escudo del Señorío indican la antigua sede de la Diputación, y nosotros, mezclados con los bilbaínos y bilbaínas, disfrutamos de este tiempo.
Por el arco de la calle Correo nos sumergimos de nuevo en plena vorágine comercial para llegar al Arenal, jardines que son el corazón verde de la ciudad histórica y que invitan a asomarse a la Ría, a disfrutar de sus paseos y fuentes. Al fondo, el Ayuntamiento que mira hacia el Ensanche de Bilbao.
Cruzamos el Puente del Ayuntamiento hacia la Plaza Venezuela, sin perder de vista la estatua del libertador, Simón Bolívar. Nos acompañan grandes edificios eclécticos por la calle Buenos Aires y Colón de Larreategui hasta los Jardines de Albia donde pararse es obligado. Cualquier esquina de Bilbao invita a comer, cualquier hora es buena para hacerlo, y el Ensanche es muy buen lugar para disfrutar de una cocina que en Bilbao es arte.
Por la tarde: Ensanche y Guggenheim
Por la Alameda Mazarredo atravesamos Ledesma y sus bares para llegar a la Gran Vía, arteria comercial de la ciudad. No solo nos rodean tiendas, también los grandes bancos ocupan su espacio, pues alguno de ellos nació en esta villa. Palacio Foral, sede de la Diputación de Bizkaia nos indica el camino hacia la Plaza Moyúa.
“Los fosteritos” enmarcan la entrada a esta plaza, centro neurálgico de la Gran Vía. Nos acercamos a su fuente para poder admirar los radios que confluyen en ella. Montaña y ciudad, clásico y moderno, todo en uno. Por la Alameda Recalde nos dirigimos hacia el Puente de la Salve y el nuevo arco rojo que lo remata, que ya nos está indicando la cercanía de uno de los emblemas de la ciudad.
El Guggenheim nos espera. Atracado a la orilla de la Ría, todo titanio y cristal. Nos sumergimos en este magnífico museo para terminar un día que nos ha transportado desde la Edad Media a la más fulgurante modernidad.
Rutas a pie
La villa no es una sola y conocerla requiere zambullirse en su vida. Perderse entre los comercios y los bares de su Casco Viejo, de sus Siete Calles, asomarse a los grandes negocios del Ensanche, comer en sus múltiples restaurantes, visitar sus templos, disfrutar de la Ría desde el nuevo Bilbao que se asoma a ese camino que nos lleva a la mar, al Abra.
1.PRIMER ENSANCHE
A principios del siglo XIX la Villa de Bilbao salta la Ría. Las estrechas calles del Casco Viejo se han quedado pequeñas y se diseña una nueva ciudad moderna y luminosa. La burguesía quiere reflejarse en Europa y los modelos a seguir son París y Londres.
Plaza Circular
Don Diego López de Haro, Señor de Bizkaia, funda la villa en 1300, y aún la vigila desde lo alto de su monolito en la Plaza Circular rodeado del centro de negocios de esta pujante ciudad. Los tilos dan sombra y perfume a la Gran Vía invitándonos a pasear, a mirar tiendas y a admirar fachadas.
Gran Vía/Jardines de Albia
Los bocas del metro conocidas popularmente como “fosteritos” nos animan a introducirnos en el interior de la ciudad: entre cristal y acero, entre luz y hormigón. Por la calle Berastegui se atisva el vergel de los Jardines de Albia donde nos dirigimos. En estos jardines la piedra se mezcla con cristal que el “ser” de una ciudad que se mira y mira fuera. Escondida entre árboles y casas se asoma la espadaña de San Vicente, la vieja parroquia gótica tardía de la Anteiglesia de Abando. Por la Alameda Mazarredo volvemos a la Gran Vía.
Alameda Urquijo/Bertendona
Las sedes del Banco de España y del BBVA nos conducen hacia la Alameda Urquijo y a la Residencia, iglesia neogótica de piedra y ladrillo de los Jesuitas, entre fachadas eclécticas y miradores. Continuamos por Urquijo hasta encontrar a nuestra izquierda Bertendona. En esta calle descubrimos el Teatro Campos que parece tener vergüenza de ser diferente, de ser modernista. Contrasta con la rotunda monumentalidad de su vecino, el edificio de Correos, ejemplo de la arquitectura franquista, que sin complejos mira hacia Urquijo.
Calle Elcano
Continuamos hacia la calle Elcano. A nuestra derecha, la Escuela Universitaria nos indica el camino de la calle Licenciado Poza, donde encontramos el Edificio Guridi, modernista, y el Instituto Central. Atenea parece mirar y guardar la Biblioteca Foral desde su hornacina, en la esquina con Rodríguez Arias. Por esta calle nos dirigimos hacia la calle Diputación, peatonal, donde nos esperan los bares y la cultura que en Bilbao es parte de la sabiduría popular. La moderna Biblioteca Foral nos muestra parte de su contenido a través del continente de cristal escrito.
Palacio Foral
El Palacio Foral, sede de la Diputación Foral de Bizkaia, mirando hacia la Gran Vía, refleja sin lugar a dudas, el poder de una época. La riqueza que generó el mineral que hizo a Bizkaia ser conocida en todo el mundo como “la California del hierro”. Continuamos por esta arteria peatonal, entre sedes de bancos y tiendas, bajo las ramas de los tilos hasta llegar a la Plaza Moyua.
Plaza Moyúa
En esta plaza, fuente y jardines son rodeados de ejemplos del eclecticismo, del racionalismo, del fascismo o de las últimas construcciones de la arquitectura moderna. El Palacio Chavarri, neoflamenco o el Hotel Carlton, segundo imperio francés, visten de solemnidad este centro neurálgico de las compras en Bilbao. Ocho calles que son cuatro se encuentran aquí; por la Alameda Rekalde, y hacía la Ría, salimos de la plaza.
Alameda Recalde
La Casa Montero, en la Alameda Rekalde, es otro destacable ejemplo del modernismo, en una ciudad donde los gustos de la burguesía se decantaron por el eclecticismo, con magnificas obras de este estilo arquitectónico en todo el Ensanche. Iremos por Colón de Larreategui hacia la Plaza Jado para disfrutar de uno de los más significativos ejemplos de este estilo ecléctico, Ercilla 18, con tres fachadas y diseñado por el primer alcalde nacionalista de Bilbao. Atravesando esta plaza y dejando sus leones blancos en el centro tomamos la calle Ercilla.
Alameda Mazarredo
Por esta calle hasta la Alameda Mazarredo nos acompañan los miradores; llegamos a las Torres Isozaki, Isozaki Atea, que nos invita a sumergirnos en el Nuevo Bilbao. Pero antes de dar la espalda al Ensanche no podemos dejar de acercarnos al Palacio de Ibaigane, a nuestra izquierda en esta Alameda Mazarredo; sede del Athletic Club y gran ejemplo de la arquitectura neovasca. Vemos una casa-torre, siendo un palacio, propiedad de un Caballero del Imperio Británico que con su flota ayudó a ganar la Gran Guerra.
2. CASCO VIEJO
Parada de metro: Casco Viejo
Los Jardines del Arenal son el portal de entrada al Centro Histórico al que en Bilbao llamamos cariñosamente el Casco Viejo, las Siete Calles. Aquí es donde nace la villa, aquí es donde estaba el puerto y desde este lugar, la ciudad se abrió al mundo sirviendo de puente entre el norte de Europa y los reinos hispánicos.
Jardines del Arenal
El Arenal, jardín y puerto, se refleja en la Ría. Árboles y senderos invitan a caminar y a sentarse a la sombra de las ramas de sus plátanos. Un kiosko y tres caminos con sus fuentes hablan de tiempos pasados. A un lado se asoma la fachada neobarroca del Teatro Arriaga y enfrente las torres de San Nicolás que guardan esa iglesia con recuerdos de pescadores y marinos. Bordeando la iglesia, la primera sede del Banco Bilbao mirando a una plazuela que coge su nombre del templo.
Plaza Nueva
Nos adentramos por la calle Askao y Fueros para dirigirnos al corazón de esta villa: a la Plaza Nueva. Nueva porque había otra vieja y nueva porque no deja nunca de reinventarse. Negocios y fiestas italianas de otros tiempos dejan hoy su espacio a bares, donde los pintxos se empujan por hacerse un sitio en la barra; y tiendas… y vida.
Plaza Miguel de Unamuno
Saliendo por uno de los arcos de esta plaza el que da hacia Sombrerería/Kapelagile, con el sabor de un txakoli aun en la boca, vislumbramos la Plaza Unamuno, y al llegar, si alzamos la vista nos cruzamos con la mirada del insigne escritor que desde su columna contempla las Calzadas de Mallona; cerca de esta plaza, en la calle Ronda, nació este genial bilbaíno, y por estas calles vivió y creció. Tomamos la calle de la Cruz hacia otra de las iglesias históricas de la villa.
Portal de Zamudio
La fachada de la iglesia de los Santos Juanes nos habla de la Contrarreforma y de la Compañía fundada por Iñigo de Loiola, San Ignacio, la cual se asienta en Bilbao y abre el Colegio de San Andrés, actual EuskalMuseoa. El Portal de Zamudio nos abre las Siete Calles, las primeras, las que miraban a la Plaza Mayor. Y en este cruce de calles, donde estaba la puerta de la muralla medieval, a nuestra izquierda nos encontramos con la primera de las siete.
Calle Somera
Por Somera, la de más arriba, entramos en esta vorágine de vida. El Casco Viejo nunca ha dejado de ser un corazón comercial de esta ciudad. Al fondo de la calle, vemos el escudo vivo de la villa: la iglesia de San Antón que guarda el puente y defiende la ciudad de las aguas. Nos acercamos y vemos puente e iglesia, la Ría lo une todo.
Mercado de la Ribera
El Mercado de la Ribera, como un barco en el puerto viejo, está cargado de puestos con todo lo imaginable para hacer en Bilbao de la cocina un arte. Paseando bajo los pórticos de la Ribera sentimos como vive la villa: mercado y tiendas, coches y tranvía. Vamos dejando a un lado las calles… Artekale, Tendería, Belostikale, con el Palacio de Arana haciendo esquina.
Calle La Ribera
Por Belostikale nos dirigimos hacia el cantón que comunica las Siete Calles, Cantón J. Echevarria “Camarón”, y por el seguimos. Carnicería Vieja, Barrenkale y Barrenkale Barrena, la de más abajo, donde aún parece que los almacenes estén llenos de bacalao y aceite, para matar la necesidad con un buen pil-pil. Por esta última, nos internamos de nuevo en el Casco Viejo hasta encontrarnos con un palacio que fue torre y girando hacia la izquierda buscamos su fachada.
Palacio Yhon
Una estrella en el suelo enfrente de la fachada del Palacio de Yhon, conocido como “la Bolsa”, nos invita a mirar a la “Amatxu”, a la Virgen de Begoña que nos contempla desde las alturas. Las calles Santa María, Jardines y el Perro nos envuelven con su gente, con sus bares, con sus pintxos. Recorriendo esta última calle hallamos su conocida fuente para salir a Bidebarrieta y a la Plazuela de Santiago.
Plaza de Santiago
A la sombra de su única aguja se encuentra esta basílica-catedral, más vieja que la propia villa y del más puro estilo gótico llegado a estas tierras. Iglesia que dejó de serlo para ser basílica, y de aquí a catedral. Primera parroquia de la villa que vio nacer y crecer la ciudad. Sus naves invitan al sosiego y la luz que penetra por sus vidrieras envuelve al visitante. Saliendo por la puerta lateral: el pórtico, que aún sujeta esta iglesia. Bordeamos el templo para acercarnos a la Puerta del Ángel y buscar la concha jacobea, entre su decoración plateresca. Desde esta, al fondo, ya se vislumbra el Arenal, pero todavía hay que recorrer Correo.
Calle Correo
Por Correo, entre tiendas vemos fachadas barrocas con impresionantes escudos. Hidalgos vizcaínos salieron de estas casas para ver mundo y por estas calles se dirigieron al Arenal, al puerto, como hacemos nosotros.
La gente de Senderismo Burgos (socios y simpatizantes) inscribirse en la web; los de Quintanadueñas, en el ayuntamiento. Plazas limitadas, hasta llenar el bus. No es necesario indicar ningun detalle de comida, ni opcion turistica ni na de ná, simpelmente apuntarse.